Sobre el aborto en Hidalgo

http://origin-www.milenio.com/opinion/eduardo-gonzalez/intelecto-opuesto/a-favor-o-en-contra-del-aborto

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Dice Lalo:

"Lo que no tendría que ser una discusión social, ni siquiera ética o moral, y mucho menos algo relacionado con las leyes del estado, es la decisión de las mujeres sobre su cuerpo. "
Por principio de cuentas, es obvio que la ética sí tiene que ver con la decisión de una persona (mujer u hombre) sobre su cuerpo. Por ejemplo, a quien va a operarse se le pide una firma de autorización. A los testigos de Jehová se les respeta su derecho a no recibir sangre, pero el asunto se torna más difícil de aceptar cuando ese paciente es menor de edad.
Ahora bien: el problema ético se agudiza en la medida en que se afecte a terceras personas. Así, un nudista no la tendrá tan fácil para practicar su afición en una sociedad musulmana, o ante menores de edad. Es que la otra gente tiene ojos.
Las oquedades corporales no son una zona infranqueable a la ley. Por algo cuando una mujer intenta pasar droga en su vagina, y es detectada en el aeropuerto, se le arresta.
Así las cosas, una mujer que use su vagina para dar paso a instrumentos mortales dirigidos contra su hijo, y que use su útero como cámara de ejecución de su hijo, es una filicida que debe pagar con cárcel el haber abusado de su propio cuerpo, afectando el cuerpo y la vida de su hijo.

Dice también: "al final está la mujer, quien es la que terminará siendo beneficiada o perjudicada por las opiniones y aprobación de los demás. "
Inducir a una persona a beneficiarse mediante el crimen ¿es ayudarla o es corromperla? Si tengo bajo mi custodia a un menor y en lugar de enseñarle a ser un chico deportista y estudioso le enseño a ser sicario ¿soy un buen educador o un perverso corruptor de menores?

Afirma asimismo: "No se trata de estar a favor o en contra del aborto, sino de estar en solidaridad con las mujeres y su decisión".
A quien se soidariza con una decisión criminal, se le llama cómplice. Una sociedad que respete la decisión criminal de sus integrantes (en este caso, la decisión criminal abortiva de una madre perversa) es una sociedad, criminal, un "pueblo de malditos". Nuestro deber es maniatar a una criminal potencial, castigarla y reeducarla, no solaparla y ayudarla a cometer su crimen.